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Las antologías y la literatura fantástica

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completeballardUna de las particularidades de la ciencia ficción como género es su predilección por la ficción corta. Desde sus orígenes en las revistas pulp, pocos son los autores que han dejado de cultivar el formato y muchos de ellos han llegado a especializarse en él. La gran cantidad de certámenes que dedican alguna de sus categorías a galardonar los mejores cuentos escritos cada año y la regularidad con la que se publican antologías y recopilaciones de estas obras refleja la popularidad de la narrativa breve dentro de este género, que sobrepasa el ámbito de la página escrita y ha dado lugar a series de televisión como la clásica La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone) o la más moderna (e imprescindible) Black Mirror, creada por Charlie Brooker. Ponemos el ejemplo de la televisión porque es un formato, el de capítulos estilo relato, extraordinariamente infrecuente en otros géneros.

A medida que el formato se ha ido popularizando han aparecido diversos tipos de antología con características más o menos solapadas. Algunos ejemplos son:

  1. La recopilación de material previamente publicado, entre las que se incluyen las antologías de lo mejor de (de los Hugo, de los Nebula, de años determinados, etc). Algunos de los mejores antólogos del género han dedicado sus esfuerzos a publicar antologías de estos tiempos que han tenido un impacto especialmente relevante en el Reino Unido. Brian W. Aldiss, Harry Harrison, Gardner Dozois y David G. Hartwell son algunos de los principales nombres a tener en cuenta. En España un buen ejemplo es el volumen Prospectivas. Antología del cuento de ciencia-ficción española actual (Salto de Página, 2012).
  2. La antología de material original de diversos autores, como los volúmenes de Visiones Peligrosas, las antologías New Dimensions o, en nuestro país, Terra Nova. Antología de ciencia ficción contemporánea (Sportula, 2012).
  3. doce moradasLa antología de autor único, como el famoso Las Doce Moradas del Viento (The Twelve Wind Quarters, 1975) de Ursula K. Le Guin, The Complete Short Stories of J.G. Balard (2001) o El Menor Espectáculo del Mundo de Félix J. Palma.
  4. La antología temática, nacida en los años cincuenta de la mano del editor Groff Conklin, que publicó Invaders of Earth (1952) y Science Fiction Thinking Machines (1954). Los ejemplos anglosajones abundan, muchos de ellos de la mano del antólogo John  Joseph Adams. En español es un género popular y nos gustaría destacar el ¿Escasez de Petróleo? que recoge una selección de los relatos presentados al premio Espiral de ciencia ficción en 2003 (Juan José Aroz, Editor, 2004) y el volumen Steampunk. Antología retrofuturista de Fábulas de Albión (Fábulas de Albión, 2012).
  5. Las antologías de mundos compartidos, iniciadas en la década de los ochenta con el primer volumen de Wild Cards editado por George R.R. Martin. En nuestro país hay un magnífico ejemplo reciente en Akasa-Puspa de Aguilera y Redal (Sportula, 2012)

¿Qué tiene la ciencia ficción para suscitar tal interés en la ficción breve? Dar respuesta a esta pregunta nos sobrepasa, pero os invitamos a acompañarnos en este repaso a vista de pájaro de la historia de uno de los formatos de publicación más populares de relatos: las antologías. Trataremos de dar una visión general de su origen, de su evolución y de su posible futuro, en el mundo y en España.

UN NACIMIENTO PULPOSO

adventures to come¿De donde surge la tradición del relato breve en la ciencia ficción? Como explicamos en el artículo que dedicamos al origen de la Space Opera, la década de los años treinta en los EE.UU. dio lugar a la popularización de las revistas pulp. Entre sus páginas nacieron las carreras de los que luego se convertirían en figuras históricas del género fantástico y se publicaron algunos de los primeros cuentos con voluntad “ciencia ficcional” clara. Así empezó la tradición de un formato, el del relato breve, que alcanzó una gran popularidad y, aunque existían publicaciones anteriores dedicadas a publicar relatos de proto-ciencia ficción, se considera que la primera antología de ciencia ficción auténtica (en formato libro) fue Adventures to Come publicada en 1937 por J. Berg Esenwein. Con nueve relatos fue la primera antología que publicó material totalmente original y, más allá de su valor histórico, su efecto en la tradición posterior del genero fue nulo. Las primeras antologías influyentes fueron The Other Worlds (1941), que recuperó historias de autores como Lester del Rey, Herny Kuttner y Theodore Sturgeon, y The Pocket Book of Science Fiction (1943), editado por Donald A. Wollheim y que —además de ser el primer libro con science fiction en el título— contenía algunas historias que aún hoy, varias décadas después después, son recordadas. También, medidado el siglo veinte, se publicaron las cuarenta y una antologías seleccionadas por Geoff Conklin, uno de los principales críticos de la revista Galaxy, un magnífico escaparate de la ciencia ficción publicada durante la Edad de Oro.

Galaxy1962En el Reino Unido, en cambio, la tradición del relato breve tiene una trayectoría que presenta bastantes diferencias con la norteamericana. Marian Womack, editora de varias antologías en la editorial Nevsky Prospects y en su sello Fábulas de Albión, nos lo explica: “Hablando en términos generales, la tradición pulp norteamericana se encuadra fuera de la literatura tradicional, posicionándose como reacción a la misma. La situación con el fantástico en UK es muy distinta, si no opuesta. Hay que entender que el fantástico surge no ya al amparo, sino desde dentro de la propia “alta literatura” (el término es anglosajón). Para empezar, se trata de una tradición que arranca con Dickens y la publicación periódica de finales del siglo diecinueve, y sería muy discutible considerar la revista de a penique como literatura “de consumo” aunque fuera muy económica para el lector; hay que recordar que las principales novelas inglesas de finales del diecinueve se publicaron por entrega en las mismas. Y si hablamos de los primeros cuentos góticos son muy anteriores, de principios de ese siglo e incluso finales del dieciocho. El género gótico merece ser destacado aquí, puesto que el autor que definió sus aspectos formales, Horace Walpole, fue también quien redactó en su prólogo a El castillo de Otranto la primera defensa argumentada del fantástico en literatura inglesa, un texto que resultaría extremadamente influyente a autores posteriores. Adónde voy es a destacar un paradigma en el que el fantástico, ya de por sí, surge y se enmarca desde el principio de sus tiempos dentro del propio paradigma literario del país. Y he destacado el gótico porque se trata del género, o más bien del modo literario, más influyente en la historia de la literatura inglesa, el más interiorizada como parte de su literatura nacional. En el caso británico, ni siquiera se puede hablar de hibridación con autores como David Mitchell, Angela Carter o Sarah Waters. Se trata más bien una tradición literaria sin etiquetas, lo cual resulta bastante sano también para los propios géneros literarios. Y el relato corto se ha beneficiado de esto con creces, siendo un género que, desde sus inicios, se ha destacado por la experimentación, ha cumplido la función de taller en el que experimentar. Siguiendo esta idea, no deja de resultar curioso que incluso los autores más “realistas” británicos hayan escrito relatos de ciencia ficción (pienso, por ejemplo, en Ian McEwan)”. Para Pablo Mazo de Salto de Página la situación en España es algo diferente: “diría que el cuento es «popular» en el sentido de que no procede de la tradición de la alta cultura; pero no goza desde luego de la atención que, por ejemplo, en el ámbito anglosajón”.

recordandoNDEn cuanto a las revistas de relatos en España el referente ineludible es, sin duda, Nueva Dimensión, la primera revista dedicada a la ciencia ficción fuera del poco accesible mundo de los fanzines. Nacida en 1967, Nueva Dimesión publicó 148 números a lo largo de casi 15 años (1968-1982) y por sus páginas, que albergaban tanto autores extranjeros como nacionales, pasaron algunos de los nombres más influyentes de la ciencia ficción en España. Su importancia como hito del género en nuestro país ha sido homenajeada en Recordando Nueva Dimensión (Editores de Tebeos, 2012), una antología que recoge una selección de los mejores relatos publicados en la revista y nos servirá para ilustrar simbólicamente la transición descrita en la sección siguiente: el paso de la revista al libro.

DE LA REVISTA AL LIBRO

Según The Encyclopedia of Science Fiction (SFE), hasta la década de los cuarenta la narrativa breve de ciencia ficción siguió restringida, sobretodo, a las revistas del género y “la historia del creciente respeto de la cf durante la pasada mitad de siglo ha sido, en parte, la historia del desplazamiento gradual de las revistas por parte de los libros”. Las explicaciones son variadas, desde la mayor durabilidad del libro como producto hasta su mayor aceptabilidad para los padres del público preferente de los relatos, en su mayoría adolescente. En cualquier caso, para los autores de la entrada en la enciclopedia también refleja la extraordinaria salud del formato en los años setenta en los EE.UU. En esa década se publicaron las que, para muchos, serían las antologías de material original más influyentes de la historia del género, confirmándose un cambio de paradigma en el que creció la importancia relativa del libro de relatos frente a la publicación periódica en revistas.

dangerousvisionsDurante estos años se editaron los dos volúmenes de las Visiones Peligrosas (Dangerous Visions I, 1968, y II, 1972) de Harlan Ellison, con relatos de autores de la talla de Samuel R. Delany, Fritz Leiber, Philip José Farmer, Joanna Russ y Ursula K. Le Guin. Ambos libros se convirtieron en el escaparate de la famosa Nueva Ola en los EE.UU. y todavía hoy mantienen su vigencia y pueden ser leídos con interés. Las antologías New Dimensions, con diez volúmenes publicados entre 1971 y 1981 bajo la tutela de Robert Silberverg, y las diecisiete entregas (1971-1987) del Universe editado por Terry Carr también tuvieron un gran impacto y de entre sus páginas surgieron gran cantidad de nominados y premiados en los premios Nebula y Hugo de la época. Así, a medida que se “agotaba” el archivo histórico de las revistas de relatos y resultaba más difícil recuperar material que no hubiera sido reciclado en otras recopilaciones, las antologías fueron prestando una atención cada vez mayor a la posibilidad de publicar material original, convirtiéndose en la principal alternativa a la publicación en revistas. Os recomendamos visitar este artículo de Mike Tyson para consultar una lista exhaustiva de las antologías aparecidas durante la época.

anacronopeteEn España se puede rastrear el origen del relato de ciencia ficción de ciencia ficción en la proto-ciencia ficción del Siglo XIX, con gran influencia de autores como Jules Verne y H.G. Wells.  Puede leerse una selección de los principales cuentos de esa época en la antología De La Luna a Mecanópolis: Antología de la ciencia ficción española, 1832-1913, de Nil Santiáñez-Tió (Quaderns Crema, 1995), que recoge relatos de autores como Leopoldo Alas-Clarín, Azorín, Santiago Ramón y Cajal o Miguel de Unamuno. Sin embargo, aunque el libro de Santiáñez-Tió recopila obras cronólogicamente anteriores, la primera antología de ciencia ficción que recopiló la obra de autores españoles fue la Antología Española de Ciencia Ficción publicada por Domingo Santos en 1967 en la colección Nebulae, con nombres como Narciso Ibáñez Serrador, Ángel Torres-Quesada o el propio Domingo Santos, entre otros. Santos se mantuvo como un de los principales antólogos del género durante varias antologías más. Vale la pena recuperar las palabras de Juan Manuel Santiago en su recomendable serie de dos artículos (I y II) en Lecturalia sobre las antologías de ciencia ficción en España: “No digo que no haya buenas novelas de ciencia ficción española (que las hay), sino que esta no se puede entender (ni bien ni mal: no se puede entender, y punto) si no se conocen los relatos que la convirtieron en un género estimable y literariamente sorprendente“. Tal vez sea una afirmación discutible, pero está claro que los relatos formaron la base de la historia del género en nuestro país durante mucho tiempo. La dificultad de recuperar muchos de ellos, publicados en su mayoría en fanzines de difícil localización, aumenta el valor de iniciativas como las de Salto de Página, que lleva años impulsando la recopilación de los mejores relatos de ciencia ficción, fantasía y terror publicados en nuestro país, especialmente después de la carestía que se produjo durante la dictadura. Pablo Mazo no tiene una opinión especialmente optimista en lo que se refiere a la historia del relato fantástico en nuestro país: “Creo que existe cierto acuerdo en torno a la idea de que el cuento nunca ha gozado de especial atención o privilegios en la tradición española; y en el caso de la narrativa breve vinculada a géneros populares (fantasía, terror ciencia ficción…), que nunca se han visto por aquí con más simpatía que al mainstream (salvo en muy honrosas excepciones críticas) estoy seguro de que la situación no es mejor”. Sin embargo, sí que percibe algunos cambios positivos en el presente de esta tradición: “Me interesa un rasgo actual que para mí está bastante claro y que tiene que ver con la incorporación o el tratamiento de esos géneros populares. Los autores actuales no se acercan al género como pidiendo perdón, o de puntillas. O tratando de justificar los elementos genéricos con alguna coartada traída de la supuesta literatura «seria». Desde mi punto de vista, la generación actual de cuentistas españoles muestra una aproximación al género fresca y desprejuiciada. Éste (o éstos) forma(n) parte de su cultura; no necesariamente literaria, pero están ahí desde nuestra infancia, en el audiovisual y el cómic antes que en nuestras lecturas, hasta el punto de que pocos narradores de nuestra generación, creo, sabrían contar historias o hablar del mundo en que vivimos sin referencias a la ciencia ficción o al terror”.

deus-ex-machina-portada-corregidaActualmente la producción de relato de literatura fantástica en España goza de buena salud a diversos niveles. Desde los volúmenes Visiones y Fabricantes de Sueños que viene editando la Asociación  Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror con una periodicidad casi anual desde 1992 y 1999, respectivamente, con el objetivo de publicar a autores inéditos (en Visiones) y los mejores relatos de cada año (en el caso de Fabricantes de Sueños),  hasta las antologías amparadas por editoriales convencionales, demasiado numerosas como para mencionarlas todas aquí. Un ejemplo curioso, surgido desde la comunidad de usuarios aficionados a la ciencia ficción Ficción Científica, la antología Ellos Son el Futuro: Un Año de Ficción Científica.

prospectivasUn caso intermedio es el de el proyecto Terra Nova, con un primer volumen en el mercado lanzado a través de un proceso de suscripción previa y un segundo a punto de salir bajo el amparo de un sello más potente. A pesar de publicar algunos relatos actuales internacionales, Terra Nova muestra una voluntad clara de servir de escaparate a los relatos de ciencia ficción que se están escribiendo hoy en día en español. Con ánimo de convertirse en antología periódica publica tanto autores establecidos como otros que dan sus primeros pasos y tiene visos de convertirse en una publicación imprescindible para conocer el panorama español. Si el Prospectivas de Salto de Página o la Antología de la Ciencia Ficción Española de Minotauro han intentado recupar lo mejor de los inicios del género en nuestro país, Terra Nova puede muy bien representar su futuro. Una publicación con espíritu similar situada más hacia las afueras del género es el Presencia Humana de Aristas Martínez, interesado en una literatura que algunos califican como nueva extraña y que parece contar con buena salud en nuestro país. Desde Fábulas de Albión, el sello de Nevsky Prospects, han editado la antología temática Steampunk que para muchos es uno de los libros de relatos imprescindibles de los últimos años, y presenciaactualmente han abierto una convocatoria en la que solicitan relatos para su The Best of Spanish Steampunk, una antología con traducciones al inglés de los mejores relatos de este subgénero. Como podéis ver es un panorama rico al que hay que sumar iniciativas como las de la ya mencionada Fata Libelli. Para Mariano Villarreal, uno de los responsables de Terra Nova, “la producción breve de género en España goza, en general, de buena salud aunque se halle lejos de su Edad de Oro acaecida en la década de los noventa del siglo pasado, cuando se vivió una auténtica explosión de creatividad, publicaciones y autores; la mayoría de escritores consagrados de hoy salieron de aquellas filas. El problema es que actualmente apenas existen lugares donde publicar en condiciones no ya profesionales sino cuando menos dignas habida cuenta de la total desaparición de las revistas de distribución comercial (de las que llegamos a contar hasta cuatro de manera simultánea) unido al notable descenso de interés experimentado por la ciencia ficción en favor de la fantasía y el terror, la ampliación de la oferta de ocio multimedia que reduce necesariamente la cuota de tiempo y recursos dedicado por el aficionado a la lectura y el sempiterno sambenito de algunos editores de que las antologías de relatos no venden. Esa fue la razón principal para la creación de Terra Nova: probar que existe un nicho de mercado potencialmente amplio para, al menos, ciertas formas de literatura de ciencia ficción (futuro cercano, problemática social, distopías) en un contexto donde la literatura no realista está ya plenamente aceptada, y potenciar al mismo tiempo la creación autóctona y conocer algunas de las novedades más sobresalientes del panorama internacional.” Para Marian Womack valorar la situación de las antologías en España no es fácil, “la verdad es que me cuesta hacer una valoración: hemos publicado varias antologías, siempre temáticas, y los resultados han sido variados. Un intento de retomar las antologías navideñas de “casa encantada” dickensiana, un proyecto que tenía hace años en la cabeza, no fue entendido en absoluto aquí, a pesar de contar con autores de la talla de César Mallorquí, Elia Barceló o Pilar Adón. La antología de Steampunk, sin embargo, ha tenido una acogida excepcional por parte de los lectores. Las editoriales pequeñas, en general, estamos acostumbradas a arriesgarnos, pero también nos encontramos con la problemática añadida de la separación entre el ámbito de la fantasía y la ciencia ficción y la literatura más “tradicional” que impera en nuestro país. Aunque editoriales como Salto de Página han abierto camino para acortar este espacio, todavía nos resulta complicado llegar al público especializado, aunque, por otra parte, estamos poniendo nuestro granito de arena para que “otro” público se acerque a la fantasía. Solo por eso merece la pena seguir intentándolo.

LA EVOLUCIÓN DEL FORMATO: ¿DEL LIBRO A…?

En el punto anterior hemos mencionado que una parte de la historia de la ciencia ficción se encuentra vinculada a la transición de la revista a la antología en formato libro. Esta afirmación puede ser cierta en términos históricos, pero la aparición de internet y el desarrollo de los libros electrónicos se están convirtiendo en el motor de un nuevo Clarkesworld 69 covercambio de paradigma que para muchos es inevitable, por más que su forma final sea incierta. Es muy posible que la proliferación de sitios en internet dedicados a publicar ficción corta de calidad, a menudo de lectura gratuita y de autores conocidos, acabe teniendo un papel muy relevante. De hecho, basta mirar las listas de nominados y premiados en los distintos galardones del género para comprobar que las obras premiadas surgen, con mucha frecuencia, de revistas online como Clarkesworld, Lightspeed u otras más clásicas como Asimov’s, por nombrar solo algunas. Marcheto, la responsable del blog de relatos de ciencia ficción actuales traducidos al español Cuentos para Algernon, cree que “Internet va a contribuir enormemente a la difusión de la ficción corta en este y en todos los géneros, gracias no solo a la aparición de revistas y páginas online donde se ofrecen relatos de manera gratuita, sino porque está posibilitando la comercialización de cuentos sueltos a precios casi simbólicos y de obras de formatos que hasta ahora no resultaba sencillo distribuir (novelas cortas, por ejemplo)”, pero “sin la aparición del ebook esta influencia de internet se habría quedado en algo meramente residual. Tengo la sensación de que somos muchos a los que nos da una enorme pereza leer ficción en la pantalla del ordenador. Ahora bien, la cosa cambia radicalmente si se nos ofrece la posibilidad de trasladar de manera rápida y sencilla todo ese material que internet nos sirve en bandeja a un soporte de lectura más amigable, como es el e-book. [...] Y aunque creo que al libro físico le queda muchísima vida por delante, sí que pienso que en ficción breve la proporción de material que únicamente se va a publicar en formatos electrónicos cada vez va a ser mayor”.

paintwork1Efectivamente, la publicación digital se suma al cambio de paradigma que representa Internet para la publicación de narrativa breve, además de facilitar enormemente la posibilidad de autoedición, que ya ha dado lugar a la aparición de numerosas antologías de autores que de otra forma difícilmente hubieran visto su obra publicada en una editorial tradicional. Los ejemplos abundan pero nos gustaría referirnos a la antología de alguien que ya ha visitado nuestras páginas: Tim Maughan y su Paintwork. Él mismo nos explicó hace unos meses las dificultades con las que se encontró al tratar de publicar sus relatos en revistas convencionales y como la autoedición le proporcionó una solución: “Para mí el experimento funcionó: acabé obteniendo un libro que podía enviarle a la gente para que escribieran críticas sobre él y ha obtenido atención y dado pie a algunas respuestas muy positivas”. Mariano Villarreal señala el lado oculto de esta tendencia: “Hoy día prolifera la autoedición en Amazon y multitud de webs personales donde el autor puede ver directamente retribuida su obra, seguimos a las puertas de la explosión del libro digital y se retorna a las ediciones amateurs y revistas/fanzines online para abaratar costes, pero en la inmensa mayoría de casos detrás no existe una verdadera labor editorial (aún estamos muy lejos de medios como Clarkesworld o Lighspeed, con edición profesional, pago de derechos y exigencia de un mínimo de calidad) y eso provoca, al menos en mi caso, un creciente desinterés; supongo que me estaré perdiendo algunos grandes relatos, pero el esfuerzo invertido ya no me compensa y, salvo excepción, como lector prefiero buscar la calidad directamente en los sellos profesionales”.

Las editoriales también tratan de posicionarse en este panorama cambiante, tan influído por los movimientos de gigantes como Amazon como por el de autores independientes que tratan de hacer llegar sus libros a sus lectores sin intermediarios. Fata Libelli es una nueva editorial española de pequeño tamaño, con su lanzamiento previsto en setiembre de 2013, que pretende sacar partido de este nuevo escenario. Dirigida al mercado digital y especializada en literatura fantástica y ciencia ficción que iniciará su andadura este setiembre. Sus responsables, Silvia Schettin y Susana Arroyo, se muestran optimistas y piensan que “el libro digital ayudará a difundir el relato y otros tipos de narraciones cortas que tradicionalmente han sido un poco dejados de lado por las editoriales. Como la novella, por ejemplo, que al ser demasiado corta como para que resulte siempre rentable publicarla por separado y demasiado breve para incluirla en una antología, ha tendido a ser ignorada como un formato un poco incómodo. Además, idealmente, el libro digital también podría ayudar a recuperar muchas viejas antologías de esas con las que crecimos y que hoy ya solo se pueden hallar en papel en tiendas de segunda mano”. Una editorial como Fata Libelli propone un modelo diferente y, de hecho, aspira “a salir un poco del nicho, confortable pero estrecho, en el que tradicionalmente se ha movido la literatura de género. Es decir, además de llegar a los lectores habituales de literatura especulativa, también aspiramos a llegar a un público más generalista. Por eso también nos interesa explorar ese espacio intersticial entre géneros, donde hay también obras incómodas que no tienen cabida en editoriales generalistas por ser demasiado raras, ni tampoco en editoriales de género por ser poco formulaicas. Es un buen momento para hacerlo además, porque el género está de moda; desde la novela policíaca a la erótica, pasando desde luego por la fantasía, hay montones de sagas que están arrasando entre lectores que antes jamás se habrían asomado a este tipo de literatura. En nuestro caso concreto, además, confiamos en la facilidad de distribución y los bajos precios que permiten las ediciones digitales nos ayuden a encontrar nuestro hueco”.

CONCLUSIÓN

Este artículo no permite más que un repaso superficial a uno de los aspectos más ricos y más idiosincrásicos de la ciencia ficción. Hay quien dice (y hay que reconocer que no sin argumentos), que la ciencia ficción ha agotado su capacidad de decir cosas sobre el futuro pero nos parece que es una visión reduccionista. Como cualquier otra forma artística la ciencia ficción depende del contexto en el que hunde sus raíces y ese contexto va desde un nivel más macroscópico (más social, quizás) a elementos tan concretos como el marco editorial desde el que se publica. Nunca la sociedad cambió a la velocidad que lo está haciendo hoy en día y lo mismo puede decirse del panorama editorial. Nos gusta pensar que el caldo de cultivo que representa la narrativa breve, comparado con formatos quizás más conservadores como la novela, es uno de los principales activos de la ciencia ficción para convertirlo en un género resiliente capaz de labrarse nuevos caminos que la lleven siempre hacia adelante. Para despedir el artículo nada mejor que la explicación de las Fata Libelli de la estrecha relación entre la ciencia ficción y la narrativa breve:

[Existen un] par de motivos. Por un lado, por supuesto, la primera ciencia ficción nació y creció en revistas pulp alimentadas por cuentos, así que todos hemos crecido leyendo esos cuentos y siendo influidos no solo por su contenido sino también por su formato. Por otro lado, si partimos de que la ciencia ficción es una literatura de ideas, el relato ofrece un espacio óptimo para exponer dichas ideas, para jugar con ellas y ver a dónde llevan. Sucede también con la literatura de terror, por ejemplo, y en los relatos donde predomina la atmósfera sobre la acción. Como ya advertía Poe, es más fácil mantener un determinado efecto en una extensión breve que una de más de cien páginas y, de hecho, mucha literatura de terror actual goza de una gran salud gracias al relato. El relato ofrece, en definitiva, un ambiente más controlado que el de la novela, y donde las ideas se pueden explorar individualmente con calma.”

Y que todos lo leamos.

Miquel Codony


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